22 de abril: «tengo sueños eléctricos» de valentina maurel

TENGO SUEÑOS ELECTRICOS

Dirección: Valentina Maurel

Reparto: Daniela Marín Navarro, Reinaldo Amien, Vivian Rodriguez, José Pablo Segreda Johanning

Título en V.O: Tengo sueños eléctricos Nacionalidad: Costa Rica Año: 2022 Fecha de estreno: 03-02-2023 Duración: 102 min. Género: Drama Color o en B/N: Color

Guión: Valentina Maurel Fotografía: Nicolas Wong

Distribuidora: Sideral Cinema

Sinopsis:

En contra de los deseos de Eva, su madre quiere reformar la casa y deshacerse del gato, que, desorientado desde el divorcio, orina por todas partes. Eva quiere irse a vivir con su padre, quien, desorientado como el gato, vive una segunda adolescencia.

Crítica de Nuria Vidal para CINEMANIA:

Los tres grandes premios en el Festival de Locarno, mejor dirección, mejor actriz y mejor actor, y el Premio Horizontes Latinos a la mejor película latinoamericana, en el Festival de San Sebastián, son la prueba de que Tengo sueños eléctricos, primer largometraje de la costarricense Valentina Maurel, tiene algo especial.

Maurel llamó la atención en Cannes con sus dos cortos anteriores, Paul is Here, en 2017, y Lucia en el limbo, en 2019. Pero la proyección de Tengo sueños eléctricos en el Festival de Locarno fue una auténtica sorpresa ya desde su enigmático título, un verso de un poema del padre de la directora que se recita en el filme. Cine libre en todos los sentidos, Valentina Maurel usa esa libertad para hablar del tránsito de la adolescencia al mundo adulto y de las siempre complejas relaciones entre un padre y una hija.

Eva, excelente interpretación de Daniela Marín Navarro, tiene 16 años y está en ese punto en el que debe dejar de ser lo que era para empezar a ser lo que puede ser. El hecho de que sus padres estén separados, y que su madre se empeñe en romper con su vida anterior, incluido un gato muy importante en el relato, lleva a Eva a buscar la complicidad de un padre desubicado y perdido al que Reinaldo Amien hace tan atractivo como violento.

Tanto Eva como su padre, y en cierto modo su madre, son personajes frágiles, disfuncionales y muy humanos que la directora muestra desde la distancia, sin juzgarlos. La luz tropical captada por la cámara de Nicolás Wong, la ciudad de San José y la clase media culta a la que pertenecen los personajes, son rasgos distintivos de un filme que se mueve entre géneros, siempre en el terreno de la ambigüedad moral y el riesgo.

Festival de San Sebastián: Premio Horizontes (Mejor película latinoamericana)

Festival de Locarno: Mejor dirección, actriz y actor