COMO SOBREVIVIR EN UN MUNDO MATERIAL – (KAJILLIONAIRE)
Dirección: Miranda July
Reparto: Evan Rachel Wood, Gina Rodriguez, Richard Jenkins, Debra Winger, Da’Vine Joy Randolph.
Título en V.O: Kajillionaire
Año: 2020 Fecha de estreno: 04-12-2020
Duración: 104 min. Nacionalidad: EE. UU.
Género: comedia
Color o en B/N: Color
Música: Emile Mosseri
Guión: Miranda July
Fotografía: Sebastian Winterø
Distribuidora: Universal Pictures
Sinopsis:
Theresa (Debra Winger) y Robert (Richard Jenkins) son dos estafadores profesionales que llevan 26 años formando a su única hija, Old Dolio (Evan Rachel Wood), para timar, estafar y robar a cada oportunidad que se le presente. Durante un golpe mal planificado y a la desesperada, la familia convence a una desconocida (Gina Rodriguez) para que se una a su siguiente fraude, algo que sin duda acabará poniendo patas arriba todo su mundo.
Crítica de Violeta Kovacsics para CINEMANÍA:
Cómo sobrevivir en un mundo material (Kajillionaire), la primera película de Miranda July en la que la directora no es también la protagonista, es quizá la menos ensimismada y es también la más emotiva. Eso sí, en la gestualidad performática de su actriz principal, Evan Rachel Wood, se pueden entrever los ademanes de la propia July, artista además de cineasta. En Kajillionaire, Wood se retuerce, hace piruetas y se arrastra por los suelos. De la mano de su personaje, Old Dolio, la película construye su trayecto emocional. Si en la serie Westworld Wood interpreta con frialdad a un androide, en Kajillionaire encarna de nuevo a una joven que no conoce el afecto. Old Dolio sobrevive junto a sus padres gracias a las más excéntricas de las estafas. El contrapunto a este curioso clan lo pondrá la luminosa Melanie, que primero será cómplice de las maniobras de la familia y luego arrastrará a Old Dolio hacia el mundo del cariño.
Quizá el naíf alegato de la película sobre cómo el amor está por encima del dinero importe menos que el discurso que subyace bajo el grueso de la obra de July, que gira en torno a qué es exactamente eso que llamamos normalidad. En Kajillionaire, July ha conseguido mantener el equilibrio entre lo extravagante y lo cotidiano. Para ello, pone la performance al servicio de lo fílmico. En casa de un anciano al que pretenden robar, los protagonistas reproducen lo que sería el día a día de una familia: Melanie toca el piano, el padre mira la tele, la madre corta un pastel. Pero esto es solo una representación, la puesta en escena de la normalidad. Desde su ópera prima, Tú, yo y todos los demás, los mundos de July se presentan tan extraños como profundamente estadounidenses. En el fondo, la directora sigue cuestionándose lo mismo que aquel cineindie-weird norteamericano de finales de los 90 y de los primeros 2000, el de películas como Ghost World,Happiness o Los Tenembaums: cómo conjugar lo raro con lo cotidiano, o cómo apartarse de una normalidad en la que ni se puede ni se quiere encajar.